Mi Primer "Todavía No": La Historia de Cómo Me Rechazaron y Fue lo Mejor que me Pasó

¡Hola, gente! ¿Alguna vez los rechazaron en algo que realmente querían? Yo sí. Y hoy les voy a contar la historia de mi primer y glorioso fracaso. Sí, leyeron bien: glorioso. Porque ese "no" fue, en realidad, el "todavía no" más importante de mi vida.

Juan - Ex-Entrevistado Negado, Actual Tripulante y Especialista en Persistencia

11/15/20253 min read

Corría el año 2018. Yo tenía una sola idea fija en la cabeza: irme. Subirme a un barco. No sabía cómo, ni cuándo, ni dónde, pero en mi corazón sabía que iba a suceder. Así que, armado de un currículum y más esperanza que experiencia internacional, mandé CVs a decenas de navieras y reclutadores. Era un disparo al aire, pero con fe.

Entrevista #1: El Encuentro con la Realidad (y el Acento Argentino)

Llegó un mail de invitación a una entrevista. La verdad, ni me acordaba para cuál empresa era, ¡había mandado tantos! Atendí la llamada y, sorpresa, el reclutador era argentino. ¡Un poco de alivio en medio de los nervios!

Hablamos (en español, por suerte) de mi experiencia en hotelería: cuántas plazas manejaba, mi equipo, mis tareas... Preguntas técnicas, todo bien. Hasta que llegó el momento: "Tu experiencia en hotelería es sólida. Now let's continue in English."

Ahí se me heló la sangre. Yo ya hablaba inglés en el hotel, pero era un inglés... digamos, duro. Corto de vocabulario, con la gramática bailando. Me defendí como pude. Al final, el feedback fue claro y sincero: "Tenés potencial, pero tu inglés necesita mejorar. Repasá, te vuelvo a contactar en dos meses."

¿Un rechazo? Para nada. Ahí aprendí la lección más importante: eso no fue un "no", fue un "todavía no".

Entrevista #2: La Venganza de los que Estudian

Pasaron exactamente dos meses. Mismo reclutador, preguntas similares. Pero yo ya no era el mismo. Esos dos meses los había pasado en modo "estudiante obsesivo":

  • Me bajé como dos apps para aprender inglés.

  • Hacía algo todos los días, por mínimo que fuera ya que cada granito de arena suma!

  • YouTube fue mi universidad. Miré videos hasta quedarme dormido.

  • Canciones y películas: las veía con subtítulos en español, pero tratando de no leerlos, forzándome a escuchar.

Había mejorado. No era perfecto, pero era suficiente. Y esta vez, el reclutador me soltó la bomba: "Vamos a tener una última entrevista en quince días. Será totalmente en inglés y no va a ser conmigo. No te quedes cómodo."

Entrevista #3: Filosofía, Corazón y un Silencio que Valió la Pena

Llegó el día. Esta vez era una reclutadora. Noté su acento latino de inmediato (uno reconoce al otro, ¿viste?). Me imaginé que me llamaba desde alguna oficina en Miami y me preparé para lo peor.

Pero las preguntas no fueron tan técnicas. Fueron más... profundas. Más filosóficas.

  • "Contame sobre algún momento en que fracasaste."

  • "¿Qué significa para vos ser hospitalario?"

  • "¿Cómo manejás huéspedes difíciles?"

Ahí recordé una de las primeras cosas que aprendí en la carrera, y que se me quedó grabada a fuego. Se lo dije en mi inglés mejorado, pero con el corazón en la mano:

"Antes que cliente, antes que pasajero, antes que consumidor... la persona que tenés adelante es, primero y principal, una persona."

Del otro lado de la línea, hubo un silencio. De esos que parecen eternos. Hasta que, con una voz cálida, me dio su respuesta. "I would like to see you onboard" Eso lo entendi muy bien.

La Lección que me Subió al Barco

Lo que aprendí en ese proceso es simple, pero poderoso:

  1. La Persistencia Paga: Si me hubiera rendido después de esa primera "negativa", no estaría hoy aquí, escribiéndoles desde medio océano. Punto.

  2. La Autenticidad Vale más que la Perfección: No me contrataron por tener un inglés impecable de Oxford. Me contrataron por la empatía, las ganas y la pasión real que logré transmitir.

  3. Cada "No" te Acerca más al "Sí": Los rechazos no son fracasos. Son ajustes. Son el GPS de la vida recalculando la ruta para llevarte a donde realmente tenés que estar.

Así que, si estás en tu propio proceso de "todavía no", no bajes los brazos. Metele con ganas, abrazá tus imperfecciones y recordá: a veces, el camino más largo tiene las mejores vistas.

Un abrazo grande y a no aflojar,
Juan.